lunes, 23 de noviembre de 2015

¿Por qué es importante estudiar nuestras aguas de superficie?



No resulta difícil explicar y convencer acerca de la gran importancia del agua para el sostenimiento de la vida humana y de casi toda forma de vida conocida, así como para el desarrollo de cualquier proceso productivo o actividad económica. Aunque seguido de cerca por otros elementos naturales como el oxígeno, no existe en nuestro planeta ningún otro elemento natural tan importante como éste, en particular en regiones preponderantemente semidesérticas como lo son grandes extensiones de la Patagonia Austral. Y aun así, se trata quizás del elemento menos estudiado, menos comprendido, más aprovechado y menos protegido, en algunas provincias como Santa Cruz.




Repasemos algunos muy conocidos números sobre el agua para dimensionar su importancia para la vida en nuestro planeta. El agua cubre un 70% de su superficie, un porcentaje que curiosamente es bastante similar a la proporción de agua presente en los seres vivos, gota más, gota menos, incluyendo al cuerpo humano. Sin embargo, de esta vasta cantidad de agua, tan solo un 2,5% consiste en agua dulce, aquella realmente accesible y de utilidad para la vida en la superficie terrestre (excluyendo la de los mares). De esta ya pequeña cantidad, un 70% consiste en hielos y nieves permanentes principalmente ubicada en los polos y poco menos del 30% restante se encuentra en depósitos subterráneos. De todo lo mencionado resulta que aproximadamente solo un 0,008% del agua del planeta consiste en aquella dulce que escurre por su superficie. Poniéndolo en perspectiva, si todo el agua del planeta pudiera meterse en una cisterna de 1.000 litros como las domiciliarias, toda el agua dulce de superficie (ríos, lagos y lagunas) solo serían unas 1.500 gotas.

Bien. Hemos establecido que el agua dulce de superficie, aquella que siendo parte de lagos, ríos y lagunas, es extremadamente escasa en el planeta. La Patagonia y Santa Cruz en particular, consisten en regiones con fuerte predominio de ambientes semidesérticos. Esto significa que la presencia de agua en superficie es particularmente más reducida que en otros ambientes del globo, en los cuales las precipitaciones líquidas (como en selvas) o sólidas (como en los polos) predominan por sobre la evaporación a lo largo del año. En Santa Cruz, estas aguas de superficie se concentran en pocos y grandes lagos mayormente cordilleranos así como en escasos ríos de régimen permanente y un caudal en promedio bajo para los estándares nacionales, que cruzan todo el territorio hasta el mar.
Existe una creencia generalizada en nuestra Sociedad que el recurso agua es infinito, inagotable, quizás por la imagen que nos provocan las grandes extensiones de lagos como el Viedma, el Buenos Aires y el Argentino, y ríos caudalosos como el Santa Cruz, si bien en relación a la gran extensión del territorio provincial sus valores son escasamente representativos (menos de un 2% en cobertura).

Nos resta mencionar que en el actual contexto de cambio climático global, incluso aun siendo materia de debate cómo terminará por repercutir éste en el clima regional, las reservas de agua en la forma de glaciares están reduciéndose drásticamente en la región. También así los aportes estacionales de nieves y lluvias que alimentan y recargan los reservorios de la provincia como lagos, lagunas y acuíferos cada año desde hace unas tres décadas, una situación ya bien conocida por el sector agropecuario de la provincia.
En este punto podemos resumir algunas ideas. El agua en el planeta es escasa, y mucho más aún en regiones como Santa Cruz. No se concibe casi ninguna forma de vida, incluyendo la humana, ni actividad económica posible sin acceso al agua dulce. Incluso nos encontramos en un escenario de cambio en el que cada vez habrá menos.  Podemos agregar el hecho de que las aguas de superficie son las más fácilmente impactables (negativamente) a partir de las actividades socioeconómicas lo que resta agua utilizable a la ya escasa oferta natural, como por ejemplo a partir de los efluentes urbanos sin tratamiento, derrames y vertidos de las industrias extractivas como el petróleo y la minería, y de procesos industriales como los frigoríficos.
Con este panorama, no resulta difícil concluir que el conocimiento más detallado posible de los recursos hídricos resulta una pieza clave para el diagnóstico permanente de su estado de conservación y uso, como así también para asegurar una apropiada planificación y gestión. Existen importantes roles compartidos entre las diferentes instituciones presentes en la región con competencias e intereses en este recurso natural, en las cuales por el momento no se evidencia una fuerte decisión de intervención con inversión de recursos para la generación de un rico conocimiento de base incluso orientado a la formación de profesionales capacitados para la intervención en el tema, cuando menos en proporción a la relevancia de este recurso natural para la vida de las sociedades insertas en el territorio y el desarrollo de sus actividades económicas.

martes, 27 de octubre de 2015

Dinámica de las aguas de superficie en la región central de Santa Cruz

El diagnóstico del recurso hídrico y su permanente monitoreo son esenciales para la planificación y su gestión integrada, roles indelegables del Estado. El asesoramiento técnico sobre las mejores alternativas de su aprovechamiento posible para la producción agropecuaria, uno de los objetivos y roles del INTA en la región, también requiere de este conocimiento como insumo fundamental para contribuir al desarrollo regional en el marco de la sostenibilidad y la sustentabilidad.
Los estudios sobre los recursos hídricos a escala regional resultan de vital importancia para una apropiada planificación territorial, dada la preocupación y debates públicos a escala mundial y en nuestro propio país, por los crecientes problemas ambientales, sociales y económicos, que se manifiestan en el desabastecimiento hídrico en amplias zonas, la sequías, el cambio de patrones de precipitación, la desaparición y retroceso de glaciares, la creciente competencia y conflictividad por el agua, la sobreexplotación y subutilización de los recursos hídricos, y la remoción de hábitats relevantes vinculados al agua.
 
Tanto para asegurar una apropiada administración del uso y conservación de un recurso natural estratégico como el agua por parte de una autoridad responsable, como así también para argumentar el mejor asesoramiento técnico posible en su aprovechamiento (como resulta ser uno de los roles principales del INTA), un buen conocimiento resulta una pieza fundamental. Este sencillo concepto implica la necesidad de invertir fuertemente en la generación de conocimiento sobre el agua, a fin de asegurar la diversificación y multiplicación de los potenciales usos en un marco de sustentabilidad, equidad en el acceso y sostenibilidad productiva, como también así la mejor conservación de los recursos naturales y ambientes asociados.
En la zona central de Santa Cruz la región hidrográfica de los ríos Chico y Chalía consiste en una de las regiones más importantes en términos de la producción anual de agua y la demanda que se hace de ella para la producción agropecuaria a diversas escalas. Junto con el río Gallegos, el río Chico representa el segundo de mayor caudal anual luego del río Santa Cruz, con una media de entre 26 y 30 m3/s. Sus mayores tributarios son los ríos Roble, Belgrano, Lista y Capitán si bien entre éstos los comportamientos estacionales hacen que no siempre los mismos sean los que aportan más o menos agua.
Los ríos Roble y Belgrano nacen en zonas altas de cordillera dentro o en la vecindad del Parque Nacional Perito Moreno con su principal alimentación a partir del deshielo de glaciares y otros hielos permanentes y estacionales. Esto permite suponer una producción de aguas dependiente de las precipitaciones pero más aún del régimen de temperaturas siendo los meses más cálidos del año en que ocurren las mayores descargas, representando entre un 30 y 50% estimativamente del total de aguas conducidas por el rio Chico, dependiendo del momento del año.
Los ríos Lista, Capitán y Chico tienen orígenes diversos. Mientras el primero mencionado tiene una alimentación y régimen anual similar al Roble, los restantes son más dependientes de la precipitación y la fusión de nieves estacionales, haciendo que su máxima producción de aguas ocurra en la primavera y manteniéndose en general bajos durante la estación seca. El río Lista resulta uno de los más caudalosos de la región durante los deshielos de primavera si bien esto dura solo unas pocas semanas en cada año.
Los recursos hídricos en la región prácticamente no han sido estudiados en el poco más de un siglo de ocupación y aprovechamiento económico intensivo de sus tierras. Tan solo en el caso del río Chalía se dispone de un monitoreo continuo aunque reciente de la producción de aguas en superficie, desde el año 2010 a la fecha. Se trata de uno de los ríos que aporta un escaso caudal al río Chico, entre 0,1 y hasta 10 m3/s, dependiendo del momento del año, sin embargo consiste en el único río de la región sobre el cual se dispone de información continua que permite evidenciar (en forma preliminar por el momento) como el cambio general del clima que se está experimentando en los últimos años podría estar afectando a la producción de agua de nuestros ríos, como así también a la recarga de acuíferos. El escenario muestra una caída sutil aunque constante cada año en los caudales estacionales y anuales del Chalía que si bien siendo pocos datos aún como para hipotetizar cuál será el escenario futuro de los recursos hídricos de la región, nos advierten la necesidad de profundizar estudios sobre éste a fin de poder planificar de la mejor forma posible tanto la administración como las recomendaciones técnicas sobre su aprovechamiento.
Así los trabajos de INTA en años recientes, persiguen el doble objetivo de generar una base de conocimiento que contribuya a la planificación y gestión de sus aguas de superficie por parte de la autoridad provincial, a la vez que desarrollar información que permita sustentar buenas prácticas técnicas al momento de realizar asistencias técnicas propias en la región.
 

lunes, 28 de septiembre de 2015

Estudios del agua en la cuenca del río Gallegos



Por cerca de 4 años se vienen desarrollando desde la Estación Experimental Santa Cruz del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, trabajos orientados a la caracterización y comprensión de las dinámicas del agua de superficie en la región sur de Santa Cruz, como herramienta de utilidad y apoyo a procesos de toma de decisión en materia de su planificación y gestión.

 

Una cuenca hidrográfica consiste en un sistema natural circunscrito a un área de drenaje en el que todas las aguas que precipitan y lo atraviesan son recogidas por un colector común, un río, un lago o el mar. Todos los elementos que se encuentran dentro de una cuenca, sean naturales o antrópicos, guardan estrechos vínculos entre sí, creando interdependencias que determinan que lo que afecta a una de ellas, tarde o temprano repercuta bien o mal, sobre todas las demás. Uno de los factores vinculantes es el agua. El agua no solo es el recurso natural más importante para la sustentación de todo aspecto de la vida, también resulta determinante en la conformación de los paisajes, los ambientes, el desarrollo de las actividades humanas y su supervivencia. De esta forma, la cuenca definida desde un punto de vista hidrológico, constituye también un marco práctico y objetivo apropiado para la planificación, conservación y aprovechamiento sostenido de los recursos naturales, en especial el agua, desde la realización de diagnósticos hasta la toma final de decisiones técnicas o políticas.
En 2012 se comenzaron estudios de base, desde la Unidad Académica Río Gallegos de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, orientados a caracterizar la dinámica de los recursos hídricos de superficie a escala de cuenca, en la región sur de la provincia de Santa Cruz, a partir de la recopilación de antecedentes y la instalación de una red de monitoreo no periódica de calidad y producción de aguas. A partir de 2014 la iniciativa se tornó interinstitucional al formalizarse la participación de la Estación Experimental Agropecuaria Santa Cruz de INTA y diversas líneas de trabajo del Programa Nacional de Agua (también de INTA).
El principal área de trabajo a la fecha, en la región sur de Santa Cruz, es la cuenca del río Gallegos, un sistema binacional de vertiente atlántica, de poco menos de 20.000 km2, con la mayor proporción de territorio dentro de nuestro país. Si bien la superficie total involucrada representa una pequeña proporción de la provincia, la región reviste una gran relevancia al involucrar poco más de un 40% de la población total dentro de ella así como una importante diversidad e intensidad de su economía. La cuenca se encuentra sometida, en décadas recientes, a una creciente presión de uso e impacto sobre el suelo, en particular en sus cabeceras, áreas de la mayor importancia por consistir en los lugares de recarga de aguas que recorren todo el sistema hasta la desembocadura.
En la cuenca coexisten actividades y usos del suelo con relativa incompatibilidad espacial y temporal que requieren para la comprensión de su impacto de una detallada caracterización así como de un monitoreo permanente dado el potencial riesgo que significan tanto para su propio desarrollo como los riesgos que implican para la salud pública. Entre las actividades socioeconómicas más importantes se encuentran la ganadería extensiva, la extracción de hidrocarburos, la explotación forestal y de algunos minerales.
En este marco, el fin principal de los trabajos iniciados desde 2012 es la generación de conocimiento suficiente para comprender las dinámicas naturales del agua de superficie, el impacto en ésta de los diferentes usos del suelo y actividades que actualmente se realizan y, muy especialmente, apoyar procesos de toma de decisión, de planificación y de gestión por parte de las autoridades provinciales con competencia en la materia.
Para mayor información sobre el tema, por favor visite los espacios institucionales de INTA EEA Santa Cruz en internet, del Grupo de Investigación en Climatología e Hidrogeología de UNPA/UARG o la red social Facebook a través de “Agua en Patagonia Austral”.

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Autor:
Ing. Ftal. Boris Díaz. Área de Manejo de Recursos Hídricos. INTA EEA Santa Cruz.
Grupo de Investigación en Climatología e Hidrogeología. UNPA/UARG