El cambio climático global viene siendo documentado en múltiples formas en años recientes, particularmente en relación con su impacto en glaciares de todo el mundo cuya dinámica generalizada (salvo raras excepciones) es de adelgazamiento y retroceso. En 2016 se documentó por primera vez un caso de "piratería fluvial", provocado por el retroceso reciente del glaciar Kaskawulsh que alteró la dinámica de aporte de aguas de superficie originalmente hacia dos sistemas fluviales (hacia los ríos Kluane y Yukon en el norte y hacia el río Alsek en el sur), hacia solamente uno de éstos (Nota en TheGuardian).
Durante la década de 2000, el retroceso de un par de glaciares que alimentaban a las nacientes del río Paine, perteneciente a la Región Hidrográfica (RH) binacional del sistema Serrano - Vizcachas (Hoya Hidrográfica del río Serrano) así como a la laguna Frías, integrante de la Región Hidrográfica del río Santa Cruz a través del Brazo Sur del Lago Argentino, determinó la creación de un canal de desagüe exclusivo hacia el Pacífico a través de la primer RH mencionada, cesando la alimentación de la segunda RH. La situación determinó un cambio en la traza de las cuencas vertientes respectivas.
Éste representaría un primer caso de piratería fluvial registrado en la provincia, por el momento no cuantificado en término de los caudales involucrados en el cambio de vertiente. En la imagen yuxtapuesta siguiente se pueden ver comparativamente las extensiones glaciarias en 1984 y 2017 (la carga de la vista puede tardar unos momentos).
Blog dedicado a la presentación, discusión y análisis de temas relacionados con los recursos hidricos en Santa Cruz y Tierra del Fuego
martes, 1 de agosto de 2017
Hacia una comprensión de la calidad de aguas para irrigación en el sur de Santa Cruz
El
conocimiento sobre la calidad de un agua resulta una herramienta fundamental
para determinar su potencial de utilización, así como el establecimiento de
eventuales restricciones. En el caso particular del riego con fines
productivos, la calidad no solo condiciona el crecimiento, desarrollo y
producción de pastizales y cultivos de interés sino también impacta en las
condiciones físicas de los suelos y por consecuencia, en su conservación y
productividad.
El
diagnóstico y permanente monitoreo del recurso hídrico son esenciales para la
comprensión de su dinámica natural, como también para la planificación de su
utilización y protección. Conocer el recurso es un rol indiscutible e
indelegable de un Estado para apoyar las mejores decisiones de gestión,
orientados a asegurar un acceso y uso equilibrados entre los diferentes sectores
demandantes de la Sociedad y de tal forma se lo establece en las normas
vigentes. Sin embargo el monitoreo del agua, especialmente de aspectos de su
calidad, también es una responsabilidad de los usuarios ya que representa un
insumo fundamental en la toma de decisiones sobre la mejor forma de utilizarla,
en especial para contribuir con la sostenibilidad y la sustentabilidad de las
actividades económicas. Esto es de fundamental significación en el sector
agropecuario.
La calidad del agua en el sector agroproductivo de
Patagonia siempre ha sido (y continúa siéndolo) una preocupación marginal
debido, por una parte, a una abundante oferta del recurso natural en amplias
porciones del territorios y por otra, al generalizado desconocimiento sobre los
efectos negativos potenciales originados en un inapropiado manejo del agua en
suelos cuyo origen ya condiciona algunos riesgos naturales como la salinidad y
la sodicidad. Temas como el cambio climático global y algunas evidencias que
comienzan a acumularse sobre sus impactos crecientes en amplias regiones, entre
las que Patagonia no es ajena, podrían significar una necesidad de cambio de
estas visiones tradicionales acerca de un recurso como el agua que no es
infinito a la vez que es muy fácilmente impactable en forma negativa.
La calidad de un agua es un concepto muy amplio y complejo
que sin embargo en el caso del interés para el riego de pastizales y cultivos
extensivos, puede simplificarse a unas pocas variables entre las cuales la
cantidad y tipo de sales presentes suele ser lo más importante. Esta
generalización debe manejarse con cautela, debido a que distintos cultivos pueden
requerir distintas calidades de agua de riego y, en consecuencia, las variables
de análisis podrían ser muchas más.
La Región Hidrográfica, o Cuenca, binacional del río
Gallegos, al sur de la provincia de Santa Cruz, representa una de las zonas de
mayor desarrollo de la actividad agropecuaria en Patagonia Austral, basada
principalmente en la ganadería ovina extensiva sobre pastizales naturales. En
el sector argentino de esta región no se reconoce en la actualidad una presión
significativa por parte de los productores rurales sobre el agua de superficie
para destinarse a irrigación, en comparación a lo que sucede otras zonas de la
provincia. Sin embargo es posible que esta visión se encuentre en proceso de
cambio al registrarse ya varios años consecutivos de cambios notables en las
tendencias estacionales y anuales de la precipitación, aspecto que comienza a
condicionar eventos de sequía recurrentes como el experimentado en 2016 en
buena parte del territorio provincial.
La
región posee una importante producción anual de caudales de superficie, entorno
a unos 1.200 Hm3, volumen que ubica al río Gallegos como el tercer
productor de agua de la provincia luego del río Santa Cruz (22.498 Hm3
por año) y del río La Leona (8.007 Hm3 por año). Esta oferta
significa un interesante potencial para el desarrollo agropecuario a partir del
riego, tomando en cuenta que no existen por el momento otras demandas de uso
conocidas en la región más allá del abastecimiento poblacional, en las localidades
de influencia (Río Gallegos, Río Turbio, Julia Dufour y 28 de Noviembre, en el
sector argentino).
La totalidad de los cursos y tributarios más
importantes que componen la región del río Gallegos (Rubens, Penitente, El
Zurdo y Gallegos Chico) presentan, a lo largo de todo el año, aguas de muy
buena aptitud para su utilización en riego, con valores de pH entorno a la
neutralidad o ligera alcalinidad. Pero muy especialmente se presentan una
conductividad eléctrica, sólidos totales disueltos y una presencia de Sodio notablemente
bajos permitiendo calificarlas como de escasa peligrosidad en términos de
salinidad y sodicidad. Este conocimiento hasta el momento permite confirmar un
buen potencial en estas aguas para su aprovechamiento en riego. Rubens y Penitente representan la mayor producción anual y estacional
de aguas de la cuenca, con poco más de un 80% del caudal promedio estacional y
anual del río Gallegos. Así, también le transfieren a éste muchas de sus
características con valores bajos de presencia de sólidos disueltos y sales y
con una relativamente buena estabilidad en su comportamiento a lo largo del
año. En su recorrido hacia la desembocadura, el río Gallegos recibe el aporte
de tributarios progresivamente más alcalinos como así también con una ligera
mayor presencia de sales pero que no logran modificar la calificación de buena
aptitud para la irrigación.
El análisis de datos de calidad disponibles a
la fecha permite una buena caracterización preliminar de aguas de superficie a
escala de cuenca, con una importante potencialidad para su aprovechamiento.
Persiste sin embargo la necesidad de desarrollar más y mejor conocimiento sobre
su dinámica a lo largo del tiempo al igual que profundizar el análisis de otros
aspectos de calidad asociados a otros usos como la bebida animal. Éste es el
eje central de una diversidad de líneas de trabajo en años recientes en la
Estación Experimental Agropecuaria Santa Cruz del INTA, tendientes a contribuir
con el mejor conocimiento posible del recurso para contribuir al desarrollo
regional del sector agropecuario.
viernes, 18 de noviembre de 2016
Banco de datos hidrometeorológicos de Santa Cruz
Con la meta de crear una base de conocimiento sobre clima y agua de utilidad para el estudio de la hidrología regional y particularmente asociado al sector agropecuario, en 2014 se inició en INTA EEA Santa Cruz el desarrollo de un Banco de Datos Hidrometeorológico en colaboración con diversas instituciones y empresas de la región. Éste representa una herramienta estratégica para analizar y comprender la dinámica pasada y perspectivas futuras del recurso natural más importante en nuestra región.
El diagnóstico y permanente monitoreo del recurso hídrico y de los fenómenos terrestres y atmosféricos que lo condicionan son esenciales para la comprensión de su dinámica, el planteo de su planificación y la gestión integrada. Si bien éstos son roles indiscutibles e indelegables de un Estado Provincial (debe tenerse presente que la administración de los recursos hídricos superficiales y subterráneos corresponde a las provincias según se establece en la Constitución Nacional), un apropiado asesoramiento técnico o intervención directa para el uso del recurso también requiere de este conocimiento como insumo fundamental para contribuir al desarrollo regional en el marco de la sostenibilidad y la sustentabilidad.
Los estudios sobre los recursos hídricos a escala regional resultan de vital importancia para una apropiada planificación territorial, dada la preocupación y debates públicos a escala mundial y en nuestro propio país por los crecientes problemas ambientales, sociales y económicos, que se manifiestan en el desabastecimiento hídrico en amplias zonas, la sequías, el cambio de patrones de precipitación, la desaparición y retroceso de glaciares, la creciente competencia y conflictividad por el agua, la sobreexplotación y subutilización de los recursos hídricos, y la remoción de hábitats relevantes vinculados al agua.
Una premisa básica sobre la que no parece necesario discutir es que no se puede tomar decisiones sobre algo que se desconoce, cuando menos en un marco de esperanza razonable de hacer las cosas bien. Una vez claro este punto, parece también lógico que en el camino hacia una buena planificación y toma de decisiones, disponer de información confiable, segura, completa y bien documentada es el primer paso necesario. Esto se aplica tanto desde el nivel de predio como al de toda una región o provincia.
Con la meta principal de crear una base de conocimiento sobre clima y agua de utilidad para el análisis permanente del estado de situación y escenarios futuros de la hidrología regional y en particular asociado al sector agropecuario, que permita apoyar en ello mejores decisiones de manejo e intervención del recurso, en el año 2014 se inició en INTA EEA Santa Cruz un Banco de Datos Hidrometeorológico. Éste consiste en un registro de datos relacionados a la meteorología, climatología e hidrología regional ordenado, catalogado, documentado, compilado en un formato de sencilla búsqueda y comprensión, de forma que permita realizar análisis de fenómenos de interés relacionados con los recursos hídricos, tanto en su fase atmosférica (meteorología y climatología) como terrestre (hidrología superficial y subterránea).
El esfuerzo para este desarrollo es colaborativo entre numerosos técnicos e instituciones, como INTA AER Río Gallegos, la Oficina Meteorológica Río Gallegos del Servicio Meteorológico Nacional, la Dirección Provincial de Recursos Hídricos (CAP) y la Subsecretaria de Medio Ambiente de la Provincia de Santa Cruz, entre otros. También resulta fundamental la valiosa contribución de numerosas Estancias y empresas con estaciones meteorológicas así como instituciones nacionales y empresas como EVARSA que disponibilizan públicamente importantes registros hidrométricos para la región.
A la fecha, el Banco de Datos Hidrometeorológico compila, entre otros:
Los estudios sobre los recursos hídricos a escala regional resultan de vital importancia para una apropiada planificación territorial, dada la preocupación y debates públicos a escala mundial y en nuestro propio país por los crecientes problemas ambientales, sociales y económicos, que se manifiestan en el desabastecimiento hídrico en amplias zonas, la sequías, el cambio de patrones de precipitación, la desaparición y retroceso de glaciares, la creciente competencia y conflictividad por el agua, la sobreexplotación y subutilización de los recursos hídricos, y la remoción de hábitats relevantes vinculados al agua.
Una premisa básica sobre la que no parece necesario discutir es que no se puede tomar decisiones sobre algo que se desconoce, cuando menos en un marco de esperanza razonable de hacer las cosas bien. Una vez claro este punto, parece también lógico que en el camino hacia una buena planificación y toma de decisiones, disponer de información confiable, segura, completa y bien documentada es el primer paso necesario. Esto se aplica tanto desde el nivel de predio como al de toda una región o provincia.
Con la meta principal de crear una base de conocimiento sobre clima y agua de utilidad para el análisis permanente del estado de situación y escenarios futuros de la hidrología regional y en particular asociado al sector agropecuario, que permita apoyar en ello mejores decisiones de manejo e intervención del recurso, en el año 2014 se inició en INTA EEA Santa Cruz un Banco de Datos Hidrometeorológico. Éste consiste en un registro de datos relacionados a la meteorología, climatología e hidrología regional ordenado, catalogado, documentado, compilado en un formato de sencilla búsqueda y comprensión, de forma que permita realizar análisis de fenómenos de interés relacionados con los recursos hídricos, tanto en su fase atmosférica (meteorología y climatología) como terrestre (hidrología superficial y subterránea).
El esfuerzo para este desarrollo es colaborativo entre numerosos técnicos e instituciones, como INTA AER Río Gallegos, la Oficina Meteorológica Río Gallegos del Servicio Meteorológico Nacional, la Dirección Provincial de Recursos Hídricos (CAP) y la Subsecretaria de Medio Ambiente de la Provincia de Santa Cruz, entre otros. También resulta fundamental la valiosa contribución de numerosas Estancias y empresas con estaciones meteorológicas así como instituciones nacionales y empresas como EVARSA que disponibilizan públicamente importantes registros hidrométricos para la región.
A la fecha, el Banco de Datos Hidrometeorológico compila, entre otros:
(a)
Una base
de datos con registros de temperatura y precipitación de estaciones en la
provincia y en regiones vecinas con recursos hídricos compartidos.
(b)
Una
base de modelos climatológicos, principalmente orientados a temperatura y
precipitación históricas y sobre escenarios futuros posibles en un contexto de
cambio climático global.
(c)
Una
base de datos de calidad de aguas, de fuentes superficiales y subterráneas en
la provincia.
(d)
Una
base de datos de aforos y registros históricos de tirantes y caudales, de
diversos ríos de la provincia, procedente de estaciones administradas por la
Dirección General de Aguas de Chile (para ríos binacionales) y de la
Subsecretaria de Recursos Hídricos de la Nación a través de la empresa EVARSA.
(e)
Un
sistema de información geográfica de utilidad como contenedor de información
geoespacializada de interés hidrológico, de superficie y subterránea, orientada
a estudios sobre el agua en la región. A la fecha cuenta con 257 capas
temáticas de carácter ambiental en rango de detalle a semidetalle (E 1:100.000
- 1:500.000) derivado de los trabajos y producciones cartográficas
desarrolladas por el Sistema de Información Territorial Oficial de la provincia
(SIT SantaCruz) entre los años 2007 y 2013.
viernes, 14 de octubre de 2016
Hidrología superficial de la Región del río Gallegos
Los recursos hídricos en la región hidrográfica binacional del río Gallegos, en
particular en el sector argentino, han sido escasa y esporádicamente
estudiados en el poco más de un siglo de ocupación y aprovechamiento económico
intensivo de sus tierras, desconociéndose en la actualidad la dinámica natural
de sus aguas, cómo se las aprovecha, cuál es el impacto en éstas asociado a las
prácticas de aprovechamiento y cuáles podrían ser las tendencias para el recurso
en los años por venir.
Producto de unos pocos estudios accesibles y de unas
pocas estaciones de registro ubicadas en la cuenca alta del sistema
hidrográfico, se dispone de datos dispersos relacionados con la producción de
caudales puntuales en el río Gallegos y algunos de sus tributarios. Este
desconocimiento sobre la hidrología de superficie de la cuenca determina una
importante incertidumbre sobre su dinámica actual, potencialidad de uso e
impacto, y muy particularmente, el futuro probable de la producción de aguas en
un escenario de cambio climático global con importantes repercusiones
potenciales para la vida socioeconómica en la región, lo cual repercute en las
acciones inmediatas de intervención, control y gestión requeridas para asegurar
una apropiada administración a escala de cuenca hidrográfica.
La región posee una extensión total de 19.306
km2, 31,1% de los cuales se encuentran en la República de Chile y el
restante 63,9% en Argentina. Concentra poco más del 40% de la población de Santa
Cruz, una región pequeña en términos de extensión superficial en la provincia
aunque de la mayor importancia económica regional por el tipo e intensidad de
su economía, sometida a una creciente presión de uso e impacto del suelo,
muchas de cuyas actividades presentan importantes incompatibilidades espaciales
y temporales entre sí y de gran impacto.
El módulo anual del río Gallegos poco antes de su desembocadura en el Mar Argentino alcanza unos 39,1 m3/s, en término promedio un 23% mayor que en sus nacientes en
Puente Blanco, con caudales medios extremos de entre 70,4 m3/s (junio) y 15,1 m3/s (marzo). Los
ríos Rubens y Penitente representan los mayores contribuyentes de los caudales
medios mensuales, anuales y estacionales, con poco más del 80% aproximadamente
de las aguas de superficie producidas en la región hidrográfica. Se presenta
una importante variabilidad interanual en los escasos registros hidrométricos
disponibles por lo que esta caracterización podría cambiar con un mejor
conocimiento del comportamiento de los restantes tributarios del sistema,
actualmente desconocidos como los ríos El Zurdo, Turbio y Gallegos Chico
principalmente, así como extensas zonas de captación con escaso desarrollo de
redes de drenaje pero con potenciales escurrimientos significativos de
subsuperficie.
La tendencia en el comportamiento de los caudales del sistema se mantiene relativamente estable en el período 1990 al presente sin evidenciar caídas como acusan otros ríos de la provincia de similar régimen de alimentación (pluvio - nival), quizás en parte motivado en el cambio climático que experimenta la región en años recientes, pero sin tampoco evidenciar crecimiento en la producción anual de aguas como podrían estar prediciendo algunos modelos globales de cambio climático.
El año hidrológico 2016 - 2017 se muestra anómalamente seco, como no se ha tenido registro en décadas recientes. Si bien se ha tratado de un año de efecto ENSO intenso en Patagonia Austral, la situación puede estar evidenciando una tendencia que requerirá de monitoreo cuidadoso teniendo en cuenta la relevancia socioconómica del agua en la región.
lunes, 23 de noviembre de 2015
¿Por qué es importante estudiar nuestras aguas de superficie?
No resulta difícil explicar y convencer
acerca de la gran importancia del agua para el sostenimiento de la vida humana
y de casi toda forma de vida conocida, así como para el desarrollo de cualquier
proceso productivo o actividad económica. Aunque seguido de cerca por otros
elementos naturales como el oxígeno, no existe en nuestro planeta ningún otro
elemento natural tan importante como éste, en particular en regiones
preponderantemente semidesérticas como lo son grandes extensiones de la
Patagonia Austral. Y aun así, se trata quizás del elemento menos estudiado,
menos comprendido, más aprovechado y menos protegido, en algunas provincias
como Santa Cruz.
Repasemos
algunos muy conocidos números sobre el agua para dimensionar su importancia
para la vida en nuestro planeta. El agua cubre un 70% de su superficie, un
porcentaje que curiosamente es bastante similar a la proporción de agua
presente en los seres vivos, gota más, gota menos, incluyendo al cuerpo humano.
Sin embargo, de esta vasta cantidad de agua, tan solo un 2,5% consiste en agua
dulce, aquella realmente accesible y de utilidad para la vida en la superficie
terrestre (excluyendo la de los mares). De esta ya pequeña cantidad, un 70%
consiste en hielos y nieves permanentes principalmente ubicada en los polos y
poco menos del 30% restante se encuentra en depósitos subterráneos. De todo lo
mencionado resulta que aproximadamente solo un 0,008% del agua del planeta
consiste en aquella dulce que escurre por su superficie. Poniéndolo en
perspectiva, si todo el agua del planeta pudiera meterse en una cisterna de
1.000 litros como las domiciliarias, toda el agua dulce de superficie (ríos,
lagos y lagunas) solo serían unas 1.500 gotas.
Bien.
Hemos establecido que el agua dulce de superficie, aquella que siendo parte de
lagos, ríos y lagunas, es extremadamente escasa en el planeta. La Patagonia y
Santa Cruz en particular, consisten en regiones con fuerte predominio de
ambientes semidesérticos. Esto significa que la presencia de agua en superficie
es particularmente más reducida que en otros ambientes del globo, en los cuales
las precipitaciones líquidas (como en selvas) o sólidas (como en los polos)
predominan por sobre la evaporación a lo largo del año. En Santa Cruz, estas
aguas de superficie se concentran en pocos y grandes lagos mayormente
cordilleranos así como en escasos ríos de régimen permanente y un caudal en promedio
bajo para los estándares nacionales, que cruzan todo el territorio hasta el
mar.
Existe
una creencia generalizada en nuestra Sociedad que el recurso agua es infinito,
inagotable, quizás por la imagen que nos provocan las grandes extensiones de
lagos como el Viedma, el Buenos Aires y el Argentino, y ríos caudalosos como el
Santa Cruz, si bien en relación a la gran extensión del territorio provincial
sus valores son escasamente representativos (menos de un 2% en cobertura).
Nos
resta mencionar que en el actual contexto de cambio climático global, incluso aun
siendo materia de debate cómo terminará por repercutir éste en el clima
regional, las reservas de agua en la forma de glaciares están reduciéndose
drásticamente en la región. También así los aportes estacionales de nieves y
lluvias que alimentan y recargan los reservorios de la provincia como lagos,
lagunas y acuíferos cada año desde hace unas tres décadas, una situación ya
bien conocida por el sector agropecuario de la provincia.
En
este punto podemos resumir algunas ideas. El agua en el planeta es escasa, y
mucho más aún en regiones como Santa Cruz. No se concibe casi ninguna forma de
vida, incluyendo la humana, ni actividad económica posible sin acceso al agua
dulce. Incluso nos encontramos en un escenario de cambio en el que cada vez
habrá menos. Podemos agregar el hecho de
que las aguas de superficie son las más fácilmente impactables (negativamente)
a partir de las actividades socioeconómicas lo que resta agua utilizable a la
ya escasa oferta natural, como por ejemplo a partir de los efluentes urbanos
sin tratamiento, derrames y vertidos de las industrias extractivas como el
petróleo y la minería, y de procesos industriales como los frigoríficos.
Con
este panorama, no resulta difícil concluir que el conocimiento más detallado
posible de los recursos hídricos resulta una pieza clave para el diagnóstico
permanente de su estado de conservación y uso, como así también para asegurar
una apropiada planificación y gestión. Existen importantes roles compartidos
entre las diferentes instituciones presentes en la región con competencias e
intereses en este recurso natural, en las cuales por el momento no se evidencia
una fuerte decisión de intervención con inversión de recursos para la
generación de un rico conocimiento de base incluso orientado a la formación de
profesionales capacitados para la intervención en el tema, cuando menos en
proporción a la relevancia de este recurso natural para la vida de las
sociedades insertas en el territorio y el desarrollo de sus actividades económicas.
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